(Bloomberg/Greg Ryan) — Los concejales de la ciudad de Boston están proponiendo una ordenanza que requeriría que Waymo de Alphabet Inc. y otros servicios autónomos de transporte tengan un operador humano en el vehículo.
La legislación requeriría un estudio del impacto de la tecnología en el empleo de los conductores actuales de viajes compartidos y prohibiría la operación de vehículos autónomos en Boston hasta que se complete y se establezcan otros requisitos de licencia. Incluso entonces, los coches no podrán circular a menos que haya un guardia de seguridad en el vehículo y pueda intervenir, según el reglamento propuesto.
Se podrían tomar medidas sobre las restricciones en una reunión el miércoles, aunque los concejales dijeron que probablemente habría más audiencias sobre la ley antes de que se someta a votación plena. Por lo general, las propuestas de los concejales de la ciudad que logran avances deben pasar por un comité y luego recibir una audiencia pública antes de que el alcalde otorgue la aprobación. La redacción exacta de las restricciones a los vehículos autónomos de Boston podría cambiar significativamente antes de que algo se convierta en ley.
Boston ha sido una especie de semillero para el desarrollo de vehículos autónomos. Motional, respaldada por Hyundai Motor Co., tiene su sede en la ciudad y ha estado realizando pruebas en vías públicas allí desde 2016. Boston también se encuentra entre las ciudades donde Waymo, ampliamente considerada un líder en el campo, está realizando trabajos de mapeo y pruebas mientras la compañía busca expandir su servicio a nuevas ciudades de EE. UU.
Ethan Teicher, portavoz de Waymo, dijo en una publicación en Un grupo local Teamsters y otros sindicatos han protestado por la introducción de servicios autónomos de transporte en Massachusetts.
Actualmente, Waymo ofrece viajes pagos y totalmente autónomos en cinco ciudades: San Francisco, Los Ángeles, Phoenix, Austin y Atlanta.
La conducción autónoma en Estados Unidos está sujeta a un mosaico de regulaciones federales, estatales y locales, lo que complica los esfuerzos de expansión de la industria. Algunos estados, incluidos Nevada y Texas, se consideran más indulgentes, mientras que California tiene una supervisión estricta de las pruebas y el funcionamiento de los vehículos autónomos.
Esta discrepancia es claramente evidente en los esfuerzos de Tesla Inc. por lanzar operaciones de robotaxi en Austin y San Francisco. La capital de Texas ha permitido a la compañía colocar operadores de seguridad humana en el asiento del pasajero del Model Y del fabricante de automóviles, mientras que el centro tecnológico de California exige que esos operadores se sienten detrás del volante.
–Con la ayuda de Richard Clough y Natalie Lung.
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