El tesorero Jim Chalmers revisó el controvertido plan del gobierno federal para aumentar los impuestos sobre los grandes ahorros de pensiones después de meses de críticas.
La propuesta revisada introduce dos nuevos umbrales impositivos.
Los supersaldos entre $3 millones y $10 millones están gravados al 30 por ciento, mientras que los saldos superiores a $10 millones están gravados a una tasa más alta del 40 por ciento.
Ambos umbrales ahora estarán vinculados a la inflación, lo que significa que aumentarán con el tiempo, evitando que más australianos sean arrastrados a la categoría impositiva más alta a medida que su súper crezca.
El gobierno también descartó planes para gravar las ganancias de capital no realizadas, una medida que provocó una reacción generalizada entre contables y pensionados.
“Siempre hemos tenido una indexación o una indexación como ésta con nosotros para aprobarla en el Parlamento”, dijo Chalmers.