WASHINGTON (AP) — El gobierno de Estados Unidos admitió el miércoles que la Administración Federal de Aviación y el Ejército desempeñaron un papel en la colisión de enero pasado entre un avión y un helicóptero Black Hawk cerca de la capital del país que mató a 67 personas.
La respuesta oficial a la primera demanda Una moción presentada por una de las familias de las víctimas decía que el gobierno era en parte responsable del accidente porque el controlador de tránsito aéreo esa noche violó las reglas sobre cuándo se debe confiar en que los pilotos mantengan la separación visual. Además, dice el documento, el gobierno es responsable porque los pilotos de helicópteros del ejército “no mantuvieron la vigilancia para ver y evitar el avión de la aerolínea”.
Pero la presentación sugiere que otros, incluidos los pilotos del avión y las aerolíneas, pueden haber desempeñado un papel. La demanda también culpa a American Airlines y a su socio regional PSA Airlines por su papel en el accidente, pero esas aerolíneas han presentado mociones para desestimar el caso.
Al menos 28 cuerpos fueron recuperados de las aguas heladas del río Potomac después de que el helicóptero aparentemente se interpusiera en la trayectoria del avión regional de American Airlines cuando aterrizaba en el Aeropuerto Nacional Ronald Reagan en el norte de Virginia, justo al otro lado de la calle de la capital del país, dijeron funcionarios. El avión transportaba 60 pasajeros A bordo del helicóptero se encontraban cuatro tripulantes y tres militares.
Robert Clifford, uno de los abogados de la familia de la víctima Casey Crafton, dijo que el gobierno reconoció “la responsabilidad del ejército por la pérdida innecesaria de vidas” y el incumplimiento de la FAA de las normas de control del tráfico aéreo, al tiempo que reconoció “con razón” que otros -American Airlines y PSA Airlines- también contribuyeron a las muertes.
Las familias de las víctimas “siguen profundamente entristecidas y arraigadas por el dolor causado por esta trágica pérdida de vidas”, dijo.
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte publicará su informe sobre la causa del accidente a principios del próximo año, pero los investigadores ya han destacado una serie de factores que contribuyeron, incluido el helicóptero que volaba demasiado alto en una ruta que permitía solo una corta distancia entre los aviones que aterrizaban en la pista secundaria de Reagan y los helicópteros que volaban debajo. Además, la NTSB dijo que la FAA no reconoció los peligros que rodean al concurrido aeropuerto, incluso después de 85 casi accidentes en los tres años anteriores al accidente.
Antes de la colisión, el controlador aéreo preguntó dos veces a los pilotos del helicóptero si estaban a la vista del avión, y los pilotos respondieron que sí y pidieron aprobación de separación visual para poder mantener la distancia con sus propios ojos. Los funcionarios de la FAA admitieron en las audiencias de investigación de la NTSB que los controladores de tráfico aéreo en Reagan dependían demasiado del uso de la separación visual. La agencia ahora ha puesto fin a esta práctica.
Los testigos dijeron a la NTSB que tienen serias dudas sobre qué tan bien la tripulación del helicóptero podía ver el avión usando gafas de visión nocturna y si los pilotos estaban mirando en el lugar correcto.
















