PHOENIX – Taylor Rashi pensó que Bryce Eldridge fue a la corte.
En la parte superior de la séptima, Rashi intentó escabullirte a Eldridge con un cuatro asiento por hora con un cuatro asiento por hora. Eldridge envió la calefacción de 407 pies en el campo izquierdo, la grieta del murciélago resonó en el campo de persecución. Rashi se apiñó sin vida y probablemente pensó que era responsable del primer éxito de Eldridge, Homer, Run y RBI en uno.
Afortunadamente para Rashi, estaba en uno de los siete parques de béisbol que podían contener la explosión de Eldridges, uno que se registró desde el bate a 105.9 millas por hora. El jardín central Jorge Barrosa dejó el volante, y Eldridge se quedó después de su primer gol.
Eldridge terminó la noche en tres murciélagos cuando los Gigantes perdieron 8-1 contra el Diamondback de Arizona el lunes en Phoenix. Pero con este fuerte swing, San Francisco echó un vistazo a la gran fuerza que tiene.
Deep Drive de 20 años y el tercer homer de entrada de Casey Schmitt, su undécimo jonrón de la temporada, fueron casi todos los gigantes celebrados en una noche en la que habían criado dos éxitos solitarios.
Con los Mets que disfrutan de un día libre, los Gigantes ahora son dos juegos en Nueva York para el tercer y último lugar de comodín de la NL, aunque técnicamente tres juegos han regresado desde los Mets que tiene el desempate.
Hace menos de una semana, los Gigantes realizaron cinco carreras contra Zac Gallen en 6 2/3 entradas. En las reservas, Gallen permitió una sola carrera sobre seis canta interior con seis ataques en una caminata.
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