Por Antonio María Delgado y Emily Goodin, Miami Herald
El miércoles, el presidente Donald Trump no descartó ataques terrestres en Venezuela, una medida que se produjo mientras su administración otorgaba silenciosamente a la Agencia Central de Inteligencia nuevos poderes para llevar a cabo operaciones encubiertas en el país sudamericano.
“Definitivamente ahora estamos mirando hacia la tierra porque tenemos muy buen control del mar”, dijo Trump a los periodistas en la Oficina Oval el miércoles. “Lo hemos detenido casi por completo por mar. Ahora lo detendremos por tierra”.
Sin embargo, el presidente no confirmó si autorizaría a la CIA a eliminar a Nicolás Maduro.
“No quiero responder la pregunta de esa manera. Es una pregunta ridícula”, dijo. “No es realmente una pregunta ridícula, pero ¿no sería una pregunta ridícula si la respondiera?” añadió.
Trump reconoció que Venezuela estaba “acalorada” al defender sus ataques a barcos frente a la costa que, según él, transportaban drogas para Estados Unidos. La operación de la CIA representa uno de los pasos más agresivos hasta el momento en sus esfuerzos por derrocar a Maduro, cuyo gobierno socialista los funcionarios estadounidenses han acusado durante mucho tiempo de narcotráfico y corrupción. El New York Times informó por primera vez las operaciones de la CIA el miércoles.
La autorización secreta, conocida como Hallazgo Presidencial, permite a la CIA llevar a cabo operaciones mortales y una variedad de acciones encubiertas en Venezuela y en todo el Caribe.
No se sabe si la CIA ya ha iniciado operaciones bajo la nueva agencia, que fue aprobada en las últimas semanas. Tampoco está claro si la medida es un plan de emergencia o si las operaciones se están planificando activamente.
La aprobación coincide con un aumento más amplio del ejército estadounidense en la región. El Pentágono tiene más de 4.500 soldados estacionados, la mayoría de ellos en Puerto Rico, junto con un contingente de marines a bordo de buques de asalto anfibio. La Marina de los Estados Unidos ha desplegado ocho buques de guerra y un submarino en el Caribe como parte de la presencia ampliada.
En las últimas semanas, las fuerzas estadounidenses llevaron a cabo una serie de ataques frente a las costas de Venezuela contra barcos que, según funcionarios estadounidenses, transportaban drogas, matando al menos a 27 personas. Los ataques son parte de la intensificada campaña del gobierno para atacar las llamadas operaciones narcoterroristas a lo largo de rutas de contrabando establecidas.
Trump ha dicho repetidamente que tales redes representan una amenaza directa a la seguridad nacional de Estados Unidos y ha descrito los ataques como acciones militares legales bajo su autoridad ejecutiva. Los funcionarios del gobierno han admitido en privado que el objetivo final de la campaña es expulsar a Maduro del poder.
“Cada barco que destruimos, salvamos 25.000 vidas estadounidenses. Cada vez que ves un barco y te sientes mal, dices: Vaya, eso es duro. Es duro”, dijo Trump. “Pero cuando pierdes a tres personas y salvas a 25.000, esas personas están matando a nuestra población. Cada barco salva 25.000 vidas, y puedes verlo, los barcos están siendo golpeados y ves el fentanilo por todas partes en el océano. Es como si estuviera flotando en bolsas. Está en todas partes”.
Mientras tanto, el gobierno venezolano condenó las operaciones y acusó a Washington de crear un pretexto para la intervención.
En un discurso televisado ante altos oficiales militares la semana pasada, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, condenó las acciones de Estados Unidos como “agresivas e ilegales” y calificó las acusaciones de tráfico de drogas como “falsas” y con motivaciones políticas.
“Debemos prepararnos porque la irracionalidad con la que opera el imperio estadounidense no es normal”, afirmó Padrino. “Es antipolítico, antihumano, belicista, grosero y vulgar”.
Padrino también rechazó la afirmación del Pentágono de que el despliegue naval tenía como objetivo disuadir el crimen transfronterizo, calificándolo de “propaganda” y advirtiendo que corría el riesgo de desencadenar una escalada militar más amplia cerca de aguas venezolanas.
El informe del Times dijo que los nuevos poderes de la CIA representan una expansión significativa de su autoridad en América Latina, donde la agencia históricamente ha limitado su papel al intercambio de inteligencia y la coordinación antinarcóticos. La decisión revive la dinámica de las operaciones encubiertas de Estados Unidos en el hemisferio de la época de la Guerra Fría, un enfoque que a menudo ha dejado profundas cicatrices políticas y sociales.
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