La entrenadora de baloncesto femenino de la USC, Lindsay Gottlieb, sufrió una amarga derrota el sábado cuando su equipo perdió 79-51 ante la UConn, mejor clasificada. Pero después de abandonar la sala del tribunal, comentó sobre un asunto más urgente: el tiroteo fatal en su alma mater, la Universidad de Brown.
“Son las armas”, dijo Gottlieb al comenzar una conferencia de prensa posterior al juego en la escuela Ivy League. “No tiene por qué ser así”.
Gottlieb dijo que regresó al vestuario el sábado después del partido en casa de los Trojans No. 1 de USC. Universidad de Connecticut Huskies y tenía “un millón de mensajes de texto” de excompañeros de Brown. Un hombre armado abrió fuego durante los exámenes finales, matando a dos estudiantes e hiriendo a otros nueve.
“Somos el único país que vive de esta manera”, dijo Gottlieb, con la voz temblorosa al darse cuenta de que conocía a personas que tienen hijos en Brown. “Los padres no deberían tener que preocuparse por sus hijos”.
Gottlieb, graduada en 1999 de la Universidad de Brown, fue miembro del equipo de baloncesto femenino y se desempeñó como entrenadora asistente durante su último año.
Una de sus excompañeras voló a Providence el domingo, dijo, porque tenía una hija que se había refugiado en el sótano de la biblioteca y “no sabe lo que está pasando allí”.
El jefe de policía de Providence, Oscar Pérez, dijo el domingo que una persona de interés de unos 20 años estaba bajo custodia. No se han presentado cargos, dijo, y señaló: “Estamos en el proceso de recopilar pruebas”.
El sábado, estudiantes y profesores pasaron la noche encerrados, atrapados en aulas y dormitorios mientras la policía buscaba al tirador en todo Providence.
“Esperemos que todos estén a salvo y oren por la paz para aquellos que han perdido vidas”, dijo Gottlieb antes de evaluar el juego de su equipo contra los Huskies. “Y eso es todo. Es más importante que el baloncesto. Todos podemos mejorar”.
La Universidad de Brown canceló todas las clases y exámenes restantes para el semestre de otoño.
“Las últimas 24 horas han sido realmente inimaginables”, escribió Christina Paxson, presidenta de la universidad, en un correo electrónico a los exalumnos. “Es una tragedia para la que ninguna comunidad universitaria está jamás preparada”.
















